"Mientras juego no pienso"
Mientras juego no pienso

“Mientras juego no pienso”: La tecnología como estrategia de evitación del malestar en adolescentes

Cada vez veo con más frecuencia adolescentes que utilizan la tecnología para no pensar. No son conscientes de ello. Te argumentan que es lo normal, que todo el mundo está toda la tarde jugando, o viendo vídeos o la serie de moda. Y efectivamente, la mayoría de nuestros chicos viven pegados a su teléfono móvil, subiendo alguna foto, cambiando el perfil y jugando online.

La tecnología tiene sus ventajas. Ahora todos están en contacto con todos casi de continuo. Se han intensificado y ampliado los contactos sociales a través del uso de las redes. Las formas de interacción y de juego han cambiado. También podemos acceder a casi cualquier conocimiento usando nuestros dispositivos. Los beneficios son innumerables.

Todo esto es perfecto, siempre y cuando el adolescente tenga estables sus pilares de sujeción. Esto es, que las calificaciones académicas no sean malas, que tengan su grupo de amigos, un cuerpo que le guste y un ambiente familiar llevadero. Entonces no suele haber mayor problema en que usen los dispositivos electrónicos. En este caso, la conducta “usar dispositivos” está controlada por los efectos positivos que obtienen al hacerlo. Todo correcto.

Pero, ¿qué pasa cuando fallan estos pilares?

Pues que se sienten mal y, como adolescentes que son, el malestar es muy intenso. Y es aquí cuando el uso de los dispositivos electrónicos cambia su inicial capacidad de producirles bienestar, y se transforma en una actividad con una enorme capacidad de aliviarles el malestar. Pueden sentirse fatal, pero mientras están con su dispositivo, su “foco atencional” cambia, y por un rato todo es más llevadero. Cuando se acaba la partida, el vídeo, el capítulo de la serie, etc.,… vuelven a hacer contacto con su realidad, y el malestar les empuja a jugar otra partida, ver otro vídeo o un capítulo más. Y así vamos a tener delante a un adolescente que no parece sufrir por nada y al que sólo le interesa estar conectado.

En la familia saltan las alarmas cuando baja el rendimiento académico o cuando el adolescente descuida otras actividades. Los padres intentan hacer alusión al abuso de dispositivos y se chocan frontalmente con un adolescente irritable y malhumorado que no está dispuesto a admitir nada ni disminuir su actividad.

La forma de afrontar esta situación es bastante compleja y depende de cada caso. A veces, la supresión radical del uso de los dispositivos provoca conductas explosivas en los chicos y la situación familiar empeora gravemente. No podemos olvidar que, al quitar el alivio, el malestar se manifiesta intensamente. Y efectivamente, en estos casos hay que pensar en reducir su uso, pero nuestro objetivo-diana de actuación debe centrarse en ayudar a nuestro chico con aquel pilar que se le ha caído.

No dudes en buscar ayuda profesional, un psicólogo te puede ayudar.

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