Estas fechas navideñas, aparte de ser tiempo de ilusión, amor y paz, también se han convertido en fechas para regalar. ¿Y quiénes reciben mayor número de regalos?: los niños.
A la hora de regalar, hay que mantener la cordura, poner límites y no dejarse llevar por el acto de comprar porque nos guía el pensamiento de “hay que regalar algo”, o “quiero que mi hijo tenga todos los regalos que no tuve yo”, o “pobrecito, ¿cómo voy a dejarle sin los regalos que quiere?”.
- Algunas pautas -
- Escribid juntos la carta a los Reyes Magos, para saber qué cosas desea el niño.
- Aguanta la tentación de regalar “cantidad”. Elige “calidad”, no en función de la calidad del regalo, si no en función de los valores que les quieres inculcar.
- "¿Valores?", sí, ten en cuenta los “Valores” que quieres transmitir a los niños: ¿consumir?, ¿poseer?, ¿egoísmo?, ¿materialismo?, ¿generosidad?, ¿compartir?, ¿mesura?, ¿autocontrol?... Tenlos siempre presentes a la hora de regalar. Te guiarán en tus actos a la hora de comprar para regalar.
- Dona juguetes que ya no use, aprenderá a ser generoso y compartir con otros niños. Usa la premisa de que “para recibir algo nuevo, ha de donar algo suyo”. Se le enseña a elegir, a tomar decisiones, a no apegarse a lo material, a ser generoso y compartir con otros niños.
- Puedes usar el criterio de “Los 4 regalos en Navidad”: algo útil, algo que necesiten, algo que eduque, y algo que deseen.
- Si es posible, habla con los familiares que les van a regalar, infórmales de los regalos seleccionados, y haz un reparto entre todos, si es posible y hay confianza.
- A los niños pequeños, hay que regalarles pocos juguetes. Con 2 ó 3 es suficiente. Así, habrá espacio para que se emocionen y entusiasmen con ellos, les presten atención, los exploren y jueguen muchas veces con ellos.
- Elige juguetes sencillos, que fomenten la imaginación, la fantasía y la creatividad. Evita escoger juguetes que “hacen de todo” porque le restan la oportunidad al niño de “crear e imaginar él”.
- Cuando el niño ya tiene edad para jugar con los demás, elige juguetes que fomenten el relacionarse (con otros niños, hermanos, padres…), así como el “ganar y perder”, respetar turnos, seguir alguna norma…
- Si les regalamos muchos juguetes, sufren una “sobre-estimulación” que los satura, no exploran con atención cada juguete ni le sacan provecho. Cambian de uno a otro, sin jugar lo suficiente con ninguno. Esto no les ayuda a entrenar su concentración. Además, esto favorece el consumismo, el materialismo, el egocentrismo, una baja tolerancia a la frustración, y los aleja de aprender a valorar el esfuerzo y sacrificio que hay detrás de cada regalo que se les hace.
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